A lo largo de todo el año 2020, un grupo de personas disidentes sexuales y de género se ha encontrado en medio de la cuarentena y el aislamiento, a instancias de la Coalición de Movimientos y Organizaciones Sociales de Colombia, COMOSOC. Fruto de estas reuniones surgió la propuesta de un espacio de articulación nacional de Disidencias Sexuales y de Género, que convoque una red nacional de acción e incidencia política, desde la solidaridad, el reconocimiento de la mediación política de los cuerpos y la valoración de las experiencias de afirmación de la identidad de género y la orientación sexual.
Lo personal es político: disentir desde el cuerpo
En países como Colombia persisten diversas manifestaciones de alterofobia, de odio hacia lo diferente, que incluyen homofobia, lesbofobia, transfobia y en general un rechazo a toda expresión de la sexualidad y la identidad que se aleje de la normalización binaria y hegemónica. Este pensamiento se manifiesta en diversas formas de violencia y discriminación, que van desde la ofensa verbal en la calle, hasta el asesinato, pasando por la exclusión laboral y la estigmatización social y familiar.
Las visiones más conservadoras han sido las mayores impulsoras de políticas represivas ante lo que consideran “cuerpos anormales”. Tales políticas incluyen la represión de cualquier expresión de género y sexualidad que se salga de la “normalidad”, considerándola una “ideología de género” contraria a las interpretaciones religiosas convencionales. Esta ideología conservadora es la base de las violencias y discriminaciones que sufren las personas gays, lesbianas, bisexuales y trans, así como cualquier expresión que se salga de la normalidad establecida para el sexo y el género. Las fuerzas armadas del estado, en especial la policía, son actores principales de estas políticas represivas y de violación de los derechos humanos de la población disidente sexual y de género.
La izquierda tradicional también ha sido partícipe de este proceso de exclusión al considerar las disidencias sexuales como “un vicio burgués y contrarrevolucionario”. Incluso al interior del feminismo, el movimiento social que hizo político lo personal, lo corporal, el género y la sexualidad, existen corrientes que se oponen a reconocer la condición de las mujeres trans y reclaman un esencialismo biológico para ser mujer.
Finalmente, es triste reconocer que el mismo movimiento LGBT está viciado de una estructuración pro-hegemónica en lo político y lo económico, en la que los hombres gays blancos han cooptado los espacios de poder y representatividad, dejando de lado muchas expresiones de disidencias sexuales, generando espacios de endo-discriminación, elitizando la representación de lo alternativo en sexo y género, y produciendo un efecto normalizador y disciplinador en las políticas públicas.
Juntanza desde la disidencia
En medio de este panorama se ha entendido la necesidad de convocar a personas y organizaciones LGBTIQ que quieran articularse en red, para garantizar una más fuerte incidencia política y social. La red será nacional, amplia, diversa, popular, profesional e incluyente. Estará fundada en la solidaridad y los vínculos afectivos, culturales, celebrativos, de pensamiento y memoria para la acción de las personas y organizaciones participantes.
Sus primeras tareas serán: inventariar las organizaciones populares LGBTIQ de las que hacen parte o son contactos del equipo de Disidencias sexuales de la COMOSOC. Convocar y celebrar una primera asamblea para pactar definiciones, identidades, operación y animación.
Esta red buscará aportar mecanismos de protección de la vida de las personas disidentes sexuales en Colombia, incidir en políticas públicas, pero también fortalecer la capacidad autónoma de toma de decisiones y acción social y política colectiva.
La juntanza de las disidencias sexuales y de género busca también superar la dinámica de gueto en la que se ha convertido la política LGBT y acercarla a los demás sectores y movimientos sociales. “Hay que mariquiar la agenda de la Comosoc”, han dicho quienes participan, que consideran que no se puede centrar las discusiones sobre el cuerpo, la identidad y la sexualidad en quienes disienten de las formas establecidas de entenderlas, sino que son un componente fundamental de una propuesta alternativa, “la revolución será de colores o no será”.
Por ello, el proceso busca Identificar, narrar y compartir las historias, individuales y grupales locales como soportes de investigaciones etnográficas y partir de ellas para la acción colectiva.
La Comosoc seguirá informando a través de su sitio web y redes sociales de la evolución de este proceso.
La Coalición de Movimientos y Organizaciones Sociales de Colombia, COMOSOC es un proceso de articulación de organizaciones sociales de base locales, regionales y nacionales, que existe de hace casi 20 años y trabaja para dar a los movimientos sociales un papel político, de actores protagónicos en la construcción de cambio en el país.