Sembrando ideas, abonando saberes, cosechando procesos y alimentando la soberanía popular

La tierra siempre ha sido baluarte para la vida y la reproducción de la especie humana. No es casual por ello, que desde siempre haya estado en el centro de sus disputas. En sus llanuras, valles y montañas, los grupos humanos han sembrado y recogido los frutos para su vida. Sobre su humedad, aridez, pastos, arenas, lagunas, han gozado y llorado, en unas ocasiones por la fertilidad y en otras por la estirilidad de la que entre nosotros es llamada Madre.


En la segunda década del siglo XXI, en la que vivimos cerca de 8.000 millones de seres humanos, las cosas no son muy distintas, pues de la tierra siguen emanando los frutos esenciales para la vida, con unas diferencias fundamentales: ahora sufre un nivel de concentración y monopolio que excluye a millones de la posibilidad de garantizar su existencia digna y al mismo tiempo está expuesta a cambios no desdeñables producto de envenenamiento con agrotóxicos, manipulación genética y privatización de las especies sembradas en ella. Lo que antes era alimento para la vida ahora puede serlo para la muerte.

Al tiempo que esto sucede, el agua evidencia sus límites. Realidades evidentes ante las cuales los estudiantes y la sociedad en general no pueden ser indiferentes.

Recordemos. En las últimas décadas se han presentado cambios en los modelos de desarrollo y la ocupación del territorio, sobresaliendo un avance apresurado de monocultivos industriales y praderización para la crianza de ganado, así como la deforestación masiva en selvas y montañas y el establecimiento de mega proyectos minero-energéticos, lo que ha traído graves impactos socio-ambientales en gran parte del territorio global y nacional, impactando la estabilidad y viabilidad de ecosistemas frágiles, invisibilizando y sepultando las prácticas de conservación y convivencia de las comunidades rurales.

Pese a ello, millones de personas por todo el mundo resisten ante estas prácticas destructivas de los ecosistemas. Campesinos, indígenas y afrodescendientes aún siembran y recogen a nivel global más del 70 por ciento de la comida que consume la humanidad y lo hacen de forma respetuosa con el medio ambiente y su comunidad, usando para ello apenas el 30 por ciento de la tierra arable del planeta.

Sobre estas y otras temáticas concentra su atención el XIII Congreso Nacional de Estudiantes de Ciencias Agrarias de Colombia –Coneac–, organizado por la Federación Estudiantil Agraria de Colombia –Feac–, a celebrarse en la sede capitalina de la Universidad Nacional de Colombia durante los próximos 21-25 de septiembre.

Conocimiento interdisciplinar

Este espacio se abre por iniciativa de estudiantes de diferentes universidades públicas y privadas del país en torno al diálogo interdisciplinar sobre las múltiples problemáticas agrarias nacionales e internacionales, buscando promover el intercambio de experiencias por medio del diálogo cultural y académico, transcendiendo la Universidad hacia las iniciativas populares que en el campo y la ciudad asumen y construyen desde su seno estrategias de adaptación y resiliencia frente a las crisis climáticas y al fracaso de los modelos de desarrollo que predominan en el país, como la agricultura orgánica, la agroecología, la conservación de biodiversidad, entre otros.

Como estudiantes de ciencias agrarias sentimos como propias las problemáticas del campo, pretendemos ser puente y conexión entre la academia y la sociedad, difundiendo y defendiendo todas aquellas reivindicaciones que busquen la dignidad de los seres humanos y la naturaleza.

El interés de esta generación que accede a la educación superior debe trascender los muros universitarios y fundirse con el conjunto social. Por esta razón invitamos a toda la comunidad interesada, a participar y aportar en todas y cada una de las sesiones que tenga este Congreso.

Para más información comunicarse al correo: feacbogun@gmail.com o página en Facebook: Feac –Bogotá.

Fuente: Desde Abajo

La Coalición de Movimientos y Organizaciones Sociales de Colombia, COMOSOC es un proceso de articulación de organizaciones sociales de base locales, regionales y nacionales, que existe de hace casi 20 años y trabaja para dar a los movimientos sociales un papel político, de actores protagónicos en la construcción de cambio en el país.

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