El 2017-2018: pasos en la recuperación de la iniciativa popular

En la exploración de una paz con justicia e igualdad social versus el reacomodo del régimen político y económico, la Mesa de Quito con el Eln –con el potencial de desatar una mayor participación social– es una garantía, para la implementación de los Acuerdos con las Farc. Ante la iniciativa del poder oligárquico, con amparo en una “paz ordenadora de la subversión” urge que los proyectos alternativos levantemos una agenda propia. Cuando menos, hay cinco factores que están dando lora en la situación y en la disputa política.

Lento o rápido, el país avanza de la confrontación armada a la resistencia cívica sistemática. Muchos hechos muestran que la coyuntura actual de negociación-exploración de una paz con hechos, agrieta las alturas del poder y abre paso a una circunstancia o periodo de mayor intensidad en la lucha política y social. Pudimos ver, que desde las primeras horas de 2017, ante los ultrajes del salario mínimo, de la reforma tributaria y de la imposición y preservación del modelo económico con medidas represivas y en el manejo del discurso oficial de paz; la inconformidad en Colombia camina con pluralidad, en muchos lugares, desde diversos ángulos y métodos, y en compañía de varias doctrinas y creencias.

En consecuencia y como desafío durante este año, hay premura en resolver algunos interrogantes: ¿Cómo sumar y multiplicar las diferentes expresiones de inconformidad? ¿Cómo superar dificultades, y debilidades del movimiento popular? ¿Cómo retomar la iniciativa popular y alterar la correlación política de fuerzas? ¿Cómo recuperar el ejercicio de la política, entrampada en la corrupción y la ritualidad de la democracia existente?

Factores que pueden determinar un periodo favorable de la lucha popular

En esta confluencia que denominamos ¡Otra Democracia, Si!, bajo algunos empujes del movimiento social, hace ya un tiempo tejemos un propósito y un acuerdo en la interpretación de la situación política del país, y en aspectos de acción y agenda común. Todo, con el propósito de contribuir a la recuperación del movimiento popular y a la configuración y avance territorial del Poder Popular. Así visto el horizonte –más allá de la elecciones de 2018–, ¿desde cuáles puntos o factores es conveniente adentrarnos en un examen de la situación política y del país? y ¿cómo identificar e interpretar los anhelos de cambio que anidan en lo más profundo de la cotidianidad popular que guarda silencio?

En el marco más visible de la situación destacamos los siguientes factores: 1. La movilización social en su real límite o trascendencia. 2. La correlación de fuerza existente entre el poder y el Campo Popular y sus objetivos hacia un país distinto. 3. La raíz, índole y potencialidad de los principales actores alternativos. 4. La identificación de los factores más dinámicos que dialoguen con el sujeto de la inconformidad y con el país nacional. 5. La capitalización de la crisis política que padece el establecimiento.

Fue y es notorio, con antecedente en 2016, la fractura en los imaginarios y el magnetismo de la “paz” que en todo caso, despierta nuevos sentidos y desafíos para la lucha social. Para el logro de una paz verdadera, el Estado no debe sólo ‘reconocer’ al contrincante armado en una mesa, sino que no debe denigrar de el ante la opinión. Al respecto de los factores de la situación que destacamos, cabe decir:
* En cuanto a la movilización social y el descontento popular destacaron la Minga Nacional Agraria, Campesina, Étnica y Popular y el paro camionero (junio).
* Con marca en la correlación política, sucedió la derrota del Sí en el Plebiscito del 2 de octubre, que puso en evidencia elementos con respecto a la paz no leídos por la izquierda y que prefiguran consecuencias para la segunda vuelta de la elección presidencial 2018 y un nuevo mapa político del país.
* Como parte de los actores alternativos y con algún eco, la Mesa de la Habana deriva en la propuesta de las Farc de un “gobierno de transición” y del escenario de la mesa en Quito apunta a la proyección de un actor social más protagónico, en la ruta de una paz mayúscula, por efecto de la Mesa en Quito con el Eln.
* La profunda crisis del sistema político y de la clase que lo encarna genera una gran posibilidad para el surgimiento de una alternativa desde el campo popular que canalice la creciente incoformidad e indignación orientando toda esta energía al proyecto de país y sociedad de los sectores

Son contradictorias las atracciones en el Campo Popular

Llegados a este punto del análisis, en una mirada sobre los proyectos políticos partidistas no se puede pasar por alto que esta izquierda política comunica, complace y tiene audiencia en sus militantes y simpatizantes; más no conecta con las grandes mayorías.
– Para las Farc y la expresión política que levante en los próximos meses, su mayor anhelo es que los acuerdos de paz firmados, se traduzcan en el eje de acción acogido por todo el conjunto social.
– El Eln, por su parte, aspira a que los proyectados diálogos desmonten la guerra –más allá de la confrontación armada–, y sean referente y vehículo de una participación diferente del conjunto social.
– En el caso del Polo Democrático Alternativo y otras organizaciones partidistas de izquierda o progresistas, su motivación y razón de ser, es conservar o adquirir una representación electoral en el Congreso que les permita sostener una actividad de oposición y figurar en la escena política.

Visto en el análisis, ninguno de estos propósitos particulares –actuando por aparte– podrá modificar el panorama político, en el cual los sectores del poder y del gobierno llevan la iniciativa con respecto a la acción de izquierda. En efecto, ninguno alcanza la extensión y legitimidad necesarias, para enrutar las fuerzas del conjunto social y poder constituir una alternativa real de poder.

Incumbe por tanto y en el actual momento, hacer una reflexión y una acción organizativa distintas, que concreten a lo largo y ancho del país, un proceso motivador de la movilización nacional, “más allá de los intereses por la paz –y sus voceros interesados–”, que entre en diálogo con las mayorías excluidas de la política y la cosa pública que no ven en su cotidianidad agraria y de las grandes ciudades, un efecto de la “paz” y de las prácticas electorales tradicionales.

Constituye un desafío para este 2017, superar los extravíos de dispersión y desconexión en la base social, sin embargo con intuición y determinación, proponemos y asumimos, tejer solidaridades bajo un postulado integral de democracia real, directa y popular, que desencadene ejercicios asamblearios y constituyentes que recuperen identidades y sentidos de la política y la democracia. Con irrupción en el orden establecido de un sujeto activo, horizontal y diverso, en la estructura y funcionamiento de un Bloque Popular con raíz e identidad territorial-regional, que vincule al máximo al conjunto social.

Vinculación bajo el instrumento de una plataforma de lucha que surja desde abajo con respuestas inmediatas y de largo plazo, a la necesidad de un pueblo desencantado del discurso de política y “paz” que profiere el actual contexto de poder. La polarización alrededor del tema de la “paz” mantendrá su pulso. En medio de la ventaja que acumula la derecha intransigente, es un deber de los actores populares construir una casa común a partir de los acumulados particulares, de otra manera estaríamos adentrándonos en otra época de predominio y dominación de las oligarquías criollas subalternas de los poderes globales y mundiales.

Por esa razón, tenderemos puentes y activaremos bisagras de unidad, que den voz y presencia a los inconformes.

¡Inconformes de Colombia!, no necesitamos silencio aunque hay mucho en qué pensar y principalmente en el actuar.
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“La democracia, columna vertebral del régimen oligárquico-burgués que le sirve para propagar a los cuatro vientos un cuento imposible de igualdad, justicia y libertad, está totalmente rota. Está en crisis de posibilidad, como resultado de la trasformación de la matriz económica capitalista, ahora potenciada y determinada por un motor financiero y de especulación que fija al conjunto social, a través del mecanismo que han dado en llamar financiarización del sistema […] avanzó (en) una globalización creciente, a través de la cual el sistema penetró en todos los rincones del mundo. Penetra cosificando todas las cosas. Cala con una interconexión en tiempo real de toda relación mercantil…” Colectivo desde abajo

La Coalición de Movimientos y Organizaciones Sociales de Colombia, COMOSOC es un proceso de articulación de organizaciones sociales de base locales, regionales y nacionales, que existe de hace casi 20 años y trabaja para dar a los movimientos sociales un papel político, de actores protagónicos en la construcción de cambio en el país.

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