Proclama por la soberanía campesina

Nosotros los campesinos de Colombia en proceso de Confederación Nacional que se instalara en la gran convención nacional campesina, instamos al gobierno (mandatarios de los entes territoriales, jueces y magistrados de la república, ministros de gobierno, funcionarios oficiales, CAR, policía y ejército nacional), a que no formulen, dicten, aprueben permitan o apliquen cualquier tipo de acción legal que transgreda usurpando despojando, desarraigando o desplazando a cualquier miembro de nuestra comunidad campesina en Colombia. Específicamente actos que generen desplazamiento o detrimento alguno en todos y cada uno de nuestros derechos constitucionalmente adquiridos, así como en las actividades preexistentes agropecuarias, actuales y futuras arraigadas a nuestra forma de vida. So pena de concursar en la demanda internacional ante la CIDH que interpondremos horas después de cada acto administrativo o sanción y de forma individual a cada transgresor.


Ante la agresiva arremetida del Estado, los habitantes de los páramos MANIFESTAMOS:

Primero: Sabemos plenamente que los planes de desarrollo se elaboran y aprueban cumpliendo órdenes de organismos internacionales que están al servicio del gran capital trasnacional.

Segundo: Sabemos que la clase social que detenta el poder en nuestro país, utiliza el gobierno para administrar los negocios de los ricos, dejando de lado a la inmensa mayoría de la población.

Tercero: Que estamos absolutamente seguros, que con el actual sistema de producción, no hay gobierno alguno sobre la tierra, verdaderamente comprometido en la protección de la naturaleza. Igualmente, conocemos, que en desarrollo de los pactos económicos, los tratados de libre comercio firmados por los distintos gobiernos, bajo la política de la confianza inversionista, constituyen la herramienta para que las multinacionales puedan saquear impunemente los recursos naturales del país, dejando solo degradación, contaminación y miseria en las poblaciones donde se desarrollan esos proyectos.

Cuarto: No aceptamos las mentiras oficiales que responsabilizan a los campesinos de la destrucción de los páramos, ocultado la verdad sobre los estudios realizados por el Ideam, el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, El Sinchi, Parques Nacionales Naturales, el Instituto Geográfico Agustín Codazzi y el Instituto de Investigaciones del Pacifico, que indican que de los 91 ecosistemas existentes en Colombia los páramos son los ÚNICOS que no mostraron una degradación.

Quinto: Rechazamos las argucias ambientalistas que invoca el gobierno y sus instituciones para justificar el despojo de las tierras de los páramos, con ellas, pretenden esconder los verdaderos fines, que no son otros que hacer negocios, comercializando la captura de gases de efecto invernadero, especialmente el dióxido de carbono, extraer sus minerales, envenenar las aguas y causar su total destrucción.

Sexto: Rechazamos las groseras maniobras impulsadas por las corporaciones autónomas regionales quienes se empeñan en negar la existencia de la prohibición de desarrollar actividades agropecuarias en las zonas delimitada como páramos, pero los campesinos comenzamos a despertar y no nos enredan sus posiciones evasivas y comunicados mentirosos, por el contrario, ya los hemos identificado como nuestros enemigos.

Tampoco aceptamos, ni aceptaremos caer en la burda trampa de la reconversión y sustitución de los cultivos, que sería tanto, como resignarnos pasivamente a morir de hambre junto a nuestras familias.

Séptimo: Hacemos un fraternal llamado a los campesinos que quieren recoger las miserables migajas de los grandes negocios del Gobierno y las Trasnacionales, aceptando el “pago por servicios ambientales”, o convirtiéndose en “guarda páramos”, que significaría vender su dignidad, servirle a los depredadores para que en corto tiempo tengan condiciones favorables para desarrollar sus propósitos.

Octavo: Sabemos que está en nuestras manos enfrentar la agresión, por eso, ninguna confianza depositamos en el gobierno y en sus instituciones y las acusamos de estar al servicio incondicional de las corporaciones trasnacionales, igualmente, denunciaremos públicamente a los burócratas que asaltan la buena fe de campesinos ingenuos, haciéndoles creer que defienden sus intereses.

Noveno: Conocemos, que del otro lado y en contra de los campesinos que habitamos los páramos, están algunos fariseos ambientalistas, quienes como verdaderos cipayos, gratuita o remuneradamente se han puesto el uniforme de las trasnacionales y con su cómplice silencio avalan el daño y contaminación causada por las actividades extractivistas.

Decimo: Hacemos un urgente llamado a todos los sectores populares comprometidos en defensa de la naturaleza a unir esfuerzos para impedir la inminente destrucción del páramo de Santurban seriamente amenazado, gracias a los nefastos compromisos del presidente de la República de entregar la licencia ambiental durante su mandato.

Décimo primero: No permitiremos que a las tierras de los páramos les suceda lo mismo con la extracción de Níquel de Cerro Matoso, que conociéndose la degradación causada, el actual gobierno a través de triquiñuelas jurídicas prorrogó la concesión, permitiendo se continuara con el inmenso daño ambiental y de paso escribir la historia de uno de los mayores fraudes a los intereses nacionales.

Otro ejemplo evidente, es la forma como el conglomerado minero multinacional Carbones del Cerrejón, que en alianza con el Estado Colombiano, las autoridades regionales y apoyándose en hordas de asesinos paramilitares han causado un desastre ambiental envenenando las aguas con altos niveles de arsénico que consumen los pobladores.

El Gobierno Colombiano ha permitido que las empresas carboneras en el Cerrejón utilicen 24 Millones de litros de agua al día, mientras que los pueblos originarios, afrodescendientes y campesinos mueren de sed, hambre y desnutrición.

Décimo segundo: Los campesinos, hemos vivido y cuidado del páramo, hacemos parte de él, no renunciaremos a continuar desarrollando las actividades agropecuarias, nuestra presencia en él, será garantía de su conservación y allá estaremos impidiendo que las trasnacionales lo destruyan.

Por la soberanía campesina:

Abajo el artículo 173 de la ley 1753 de 2015.

NO a la ley 233 de 2018.

NO a la delimitación de los páramos.

NO a la prohibición de desarrollar actividades agropecuarias en las zonas delimitas como páramos.

NO a la explotación minera en los territorios de páramo.

NO a la entrega de los recursos naturales a las trasnacionales.

NO a la mega minería.

NO a la mercantilización de los bienes comunes de la humanidad.

NO a la privatización del agua en beneficio de los poderosos.

NO a la concertación con el Gobierno nacional y las autoridades ambientales.

NO al reconocimiento de la autoridad de las corporaciones autónomas regionales.
SÍ al respeto de los derechos campesinos.

SÍ al reconocimiento de los pueblos indígenas como autoridades ambientales.
FUERA las trasnacionales y empresas mineras de los territorios indígenas, de comunidades afrodescendientes y de Colombia.
Por lo anterior, PROPONEMOS:

PRIMERO
Crear una dirigencia campesina, consecuente y democrática.

SEGUNDO

Crear los comités veredales y municipales bajo la dirección de los campesinos probadamente comprometidos e insobornables que dirijan la resistencia en sus localidades.

TERCERO
Invitar a los campesinos que se identifiquen con nuestros postulados y principios para que se unan a través de sus representantes, en la defensa de la vida y la permanencia en los territorios.

CUARTO
En los páramos en que las condiciones objetivas lo permitan y dependiendo del nivel de conciencia y organización, impulsar la creación de LA GUARDIA CAMPESINA como autoridad ambiental.

QUINTO
Hacer un llamado a la unidad a los hermanos mayores indígenas y comunidades afrodescendientes y raizales para garantizar la protección cultural y ancestral de nuestros pueblos y la forma de vida en nuestros territorios.

SEXTO
Hacemos un llamado a las organizaciones y sectores populares de Colombia en defensa de la vida y el porvenir de toda la humanidad para que con la movilización derrotemos al Gobierno y a las trasnacionales.

SÉPTIMO
Suspensión inmediata de toda acción legal en la zona de páramos que afecte directa o indirectamente, económica o socialmente, a la comunidad y garantizando las actividades agropecuarias prexistentes.

OCTAVO
Bajo el principio de derecho de igualdad se permita la construcción de vivienda e inclusión en los programas de mejoramiento o de vivienda nueva del gobierno nacional en la zona de los páramos.

NOVENO
Rechazamos la declaratoria y presunción de baldíos que afectan al pequeño y mediano campesino y exigimos la legalización de la tierra a favor de las y los campesinos poseedores o que se encuentran en falsa tradición.

DÉCIMO
Exigimos la reestructuración y activación de la Jurisdicción Especial Agraria para que se legalice la pequeña y mediana propiedad campesina.

DÉCIMO PRIMERO
Rechazamos la zonificación, restricciones del uso del suelo y la delimitación. Exigimos la derogatoria de las anotaciones registrales que han realizado las corporaciones autónomas regionales sobre los terrenos ubicados en la zona de páramo.

DÉCIMO SEGUNDO
Reivindicación de los derechos integrales de las comunidades campesinas que habitan en las zonas de parques nacionales y regionales, y reservas forestales protectoras.

DÉCIMO TERCERO
Manifestamos nuestra solidaridad y les deseamos triunfos a las y los campesinos, pueblos indígenas y a todos los sectores populares de América Latina que sufren similares embates de las trasnacionales.

Extendemos nuestra solidaridad y apoyo incondicional a los afectados por el lamentable daño ambiental causado por el Estado con la represa de Hidroituango, donde se pone de manifiesto que al Gobierno y a los poderos sólo les importan los negocios y no la preservación del medio ambiente, ni el bien vivir de las comunidades campesinas.

DECIMO CUARTO
Junto a todo el pueblo colombiano nos declaramos en contra de los asesinatos a líderes sociales. Reiteramos nuestra solidaridad con el Tocayo Vargas, su familia y todos los demás líderes que han sido amenazados de manera sistemática por su compromiso en defensa a la vida.

Nos declaramos en favor de la protección de la vida, la resolución de los conflictos sociales en un ambiente de paz y la democracia.

ASAMBLEA CAMPESINA DE HABITANTES DE PÁRAMO
TUNJA 07 Y 08 DE JULIO DE 2018.

Christian Mantilla. Abogado defensor de derechos humanos, con experiencia en proyectos colaborativos orientados a la promoción y defensa de los derechos de la población rural y la incidencia en políticas públicas para la ruralidad. Interesado en la investigación socio-jurídica en políticas públicas, derechos humanos y la acción colectiva de las comunidades rurales indígenas, negras y campesinas.

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