En un hecho inédito e histórico, fruto de un proceso que continua y retoma esfuerzos y fundamentos unitarios e identitarios, de diferentes y múltiples espacios, procesos y plataformas, diversos movimientos, organizaciones sociales, políticas e insurgentes, venidas de diferentes territorios del país, nos dimos cita los días 17 y 18 en la ciudad de Bogotá, en el SEMINARIO NACIONAL POR LA UNIDAD –Hacia una convergencia social y política por un nuevo país-. Nos reunimos con el propósito de debatir y construir rutas en la perspectiva de continuar forjando y dar un salto cualitativo en el proceso de construcción de la unidad del campo democrático y popular, en este momento histórico que vive el país, de tal forma que nos permita avanzar y alcanzar las transformaciones necesarias en defensa la vida, la naturaleza y la paz.
En la actualidad, la paz es un campo en disputa, en todos los terrenos y también lo es de acumulación de fuerzas, que cambie la correlación en favor del campo popular y democrático, tanto para las luchas concretas e inmediatas de confrontación al modelo y al gobierno, como para lograr las transformaciones estratégicas de orden estructural e histórico.
La solución política al conflicto armado y la construcción de la paz, con justica social y vida digna, viene movilizando las voluntades de diversos pueblos, movimientos y organizaciones sociales y políticas, quienes vemos en este momento histórico posibilidades como desafíos.
De una parte el gobierno profundiza medidas económicas excluyentes e inequitativas, que concentran los niveles de acumulación del capital, empobreciendo a la mayoría de la población y aplica políticas extractivistas mega mineras que ponen en riesgo la vida de los pueblos y la naturaleza; medidas que se acompañan de la violencia sociopolítica y la agudización del paramilitarismo, que cobran la vida de líderes y lideresas sociales en diversas regiones del país.
Por otro lado, se viene revitalizando el movimiento social, elevando los niveles de confrontación, coordinación y movilización, que expresan e indican, en este contexto, unos potenciales para presentar y disputar la paz en términos de cambios y transformaciones sociales, políticas, económicas, ambientales y culturales para la vida con dignidad.
En este marco de la realidad, hay que hacer énfasis en que para enfrentar las limitaciones y potenciar las posibilidades hacia los grandes cambios democráticos que reclaman las capas pobres y medias de la sociedad, se requiere no solo la unidad de acción en la lucha inmediata de los pueblos por la defensa y ampliación de sus derechos o por la defensa de los acuerdos y negociaciones de paz, sino y por sobre todo, la voluntad y el compromiso concreto y efectivo de todas las fuerzas políticas y sociales democráticas para avanzar en la construcción de un proyecto político de unidad del campo popular y democrático, fundido sólidamente en los territorios y en los sectores sociales, que transforme la correlación de fuerzas y emerja como alternativa de gobierno y de poder frente al modelo de dominación impuesto por el gran capital interno e internacional. Un proyecto de país que nazca del corazón y la mente de los pueblos.
Avanzar en la construcción democrática requiere igualmente evaluar, crítica y propositivamente, las experiencias históricas pasadas y presentes, así como los logros y dificultades en el plano internacional y particularmente en los procesos democráticos y progresistas de América Latina, a fin de dotarnos de un repertorio discursivo y de acción renovado, acorde con el actual contexto de lucha social. Si avanzamos en la unidad y en la renovación estaremos en condiciones de aprovechar los escenarios de construcción de poder y de ejercicios de gobierno, así como los diálogos de paz y la implementación de acuerdos con las insurgencias armadas. Hoy le corresponde al pueblo Colombiano, a los procesos de base, a las diferentes expresiones organizativas regionales y nacionales y a todas y todos los comprometidos con la Paz con Justicia Social, sacar adelante los retos del actual periodo y el de los próximos años que la paz demanda. Hay que señalar que actualmente el proceso de paz corre un grave riesgo por la actitud dilatoria y de incumplimiento del Estado en relación con la implementación del acuerdo de paz logrado entre el Gobierno y las FARC-EP y en el desarrollo de la agenda – con énfasis en la participación de la población- de la recién instalada mesa de diálogo Gobierno-ELN.
En este sentido, todas las luchas reivindicativas, las dinámicas de acción, movilización, reflexión, articulación, coordinación y organización deben tener como referente e idea fuerza la unidad estratégica por la democracia, la defensa de la naturaleza y la vida, por la construcción de paz, con justicia social y vida digna.
Este proceso que venimos desarrollando, hemos acordado fortalecerlo en el tiempo en
tres escenarios:
1. La movilización social: Ha sido la expresión de la indignación, protesta y propuesta, que busca interpelar al Estado y sus instituciones, pero también, despertar la sensibilidad, la solidaridad popular, a fin de convocar acciones cada vez más amplias e incluyentes que fortalezcan el poder destituyente y constituyente del pueblo.
2. La participación en la construcción de paz: Ratificamos nuestra decisión y voluntad para avanzar en la articulación y coordinación de las diversas iniciativas de paz y de acción política, entendiendo que estamos inmersos en un solo proceso de paz, que cuenta con dos escenarios políticos, el escenario de paz Gobierno-FARC-EP y la mesa de diálogo Gobierno-ELN.
3. La disputa político electoral: Aspiramos a ser poder y ser gobierno, a través de mecanismos democráticos, que establezcan reglas éticas para el ejercicio de la política y procedimientos comunes que tengan en cuenta las asimetrías de lo territorial y nacional; así como desde la construcción de programas y candidaturas conjuntas del movimiento democrático y popular colombiano.
Pasos en la ruta
Caminar en esta ruta unitaria requiere abrir espacios de diálogo amplio, democrático, plural e incluyente, de articulación y fortalecimiento de la organización popular, desde lo territorial y sectorial, que aporte a la construcción programática y de acuerdos respecto del comportamiento ético político.
Este camino supone entender, pensar y asumir que el Método y la Ética es central para el ejercicio de una política renovada. En concordancia con esta ruta y destacando los escenarios expuestos anteriormente, se plantean las siguientes líneas de acción:
La movilización social:
• Paralelamente a nuestras acciones de movilización, construcción de paz y disputa institucional, nos hemos comprometido a actuar en los territorios y comunidades en el fortalecimiento de formas autónomas de poder y organización.
• Acompañar y fortalecer las Mesas de Negociación abiertas entre el Gobierno y el Movimiento Popular; diseñar e implementar acciones de cumplimiento de los pliegos de exigencia, construidos en jornadas de paros y movilizaciones.
• Sumarnos unificadamente a las acciones de resistencia territorial y por la justicia ambiental, desarrolladas por las comunidades locales.
• Trabajo unitario en los procesos de revocatoria de mandatos a alcaldes antipopulares.
• Preparar una acción masiva de movilización contra la política de despojo territorial; destrucción de la naturaleza; recorte de inversión pública, en salud, educación, etc.; y la apropiación corrupta de los bienes de la nación.
La participación en la construcción de paz:
• Congreso Nacional por la Paz. Finales de Abril de 2017.
• Movilización por las víctimas. De apoyo al proceso de paz y contra el paramilitarismo: 6 de Abril y 1 mayo de 2017.
• Seminario de Reflexión Política sobre Metodologías para la Ruta Unitaria de Paz.
• Veedurías de la implementación, diálogo y acuerdos de paz.
• Construir de manera conjunta comprensiones y estrategias de participación en la implementación del Acuerdo Final (Farc-ep – Gobierno) y en el desarrollo del diálogo con el ELN.
• Gran Asamblea democrático-popular (Encuentro, Congreso u otro…Octubre) en segundo semestre 2017.
La disputa político electoral:
• Construir acuerdos programáticos territorial y nacionalmente, teniendo en cuenta los mandatos de nuestros procesos unitarios y las agendas de paz pactadas y en negociación con las insurgencias.
• Establecer reglas de juego democráticas en la selección de candidaturas del campo popular y democrático desde grandes asambleas territoriales y sectoriales
• Construir códigos de ética para la veeduría de los elegidos y sus organizaciones y el movimiento social y popular, en relación con el ejercicio del poder.
• Analizar y aprovechar la nueva reforma política para generar la implementación del acuerdo de la Habana, para tener representantes que cambien la correlación de fuerzas al interior del parlamento, permitiéndonos la iniciativa y protagonismo legislativo desde una gran convergencia social y popular por la paz.
Llamamos hoy al conjunto del movimiento social y político, a las diferentes iniciativas de paz y a la sociedad en su conjunto a reconocer, respetar, articular y proyectar, la rica tradición de la luchas sociales de nuestro pueblo y su pensamiento emancipatorio, como base fundamental para un “Proyecto Alternativo de País” que juegue en la coyuntura y sea esperanza de un futuro para la vida digna y la paz democrática y duradera.
¡¡¡ La Unidad es parte de victoria!!!
Bogotá D.C, 18 de Marzo de 2017.
La Coalición de Movimientos y Organizaciones Sociales de Colombia, COMOSOC es un proceso de articulación de organizaciones sociales de base locales, regionales y nacionales, que existe de hace casi 20 años y trabaja para dar a los movimientos sociales un papel político, de actores protagónicos en la construcción de cambio en el país.